Con el nuevo decreto 24/2021 que el Gobierno de la Generalitat quiere convalidar en los próximos días, el Departamento de Acción Climática detendrá los 10 GW de renovables que el Decreto 16/2019 había impulsado. El tejido económico lo ha lamentado y la respuesta de la conselleria ha sido que existía una "sobreabundancia" de proyectos.
 
El nuevo decreto 24/2021 de ERC es una enmienda a la totalidad del 16/2019 de Junts per Catalunya. Es cierto que el impulso a las renovables debería haber ido precedido por una planificación clara de dónde y cómo habrá renovables en Cataluña. Pero no se presenta esa planificación que debe ser pactada con el conjunto de los territorios. Únicamente se quiere aprobar una serie de condiciones para obstaculizar y detener la mayoría de proyectos que se habían presentado hasta ahora en Cataluña, porque existe "sobreabundancia". La realidad de los datos, sin embargo, indica todo lo contrario.
 
Los informes de los técnicos de la Generalitat del Proencat 2050 trabajan en la hipótesis de que Catalunya requerirá 63 GW de potencia de generación de renovables para hacer efectiva la descarbonización. Hay predicciones futuras en una forquilla entre 48.200 GW y 68 GW, pero los 63 GW son los que se derivan del informe del Proencat 2050 de la misma Generalitat de Catalunya.
 
Cataluña hoy dispone de 1.268 paupérrimos MW de renovables, sólo un 2,01% de los 63 GW de renovables totales que necesitamos para la descarbonización de Cataluña en 2050 y muy lejos de los 12 GW que necesitaríamos en funcionamiento para 2030. Con este escenario, la consejera cree que existe una “sobreabundancia” de proyectos? La acción de Govern de la última década ha sido sólo la instalación de un único aerogenerador, necesitamos 10 GW adicionales antes de 2030 y la respuesta de esta conselleria es una moratoria tácita.
 
El presidente Aragonés y la consejera Teresa Jordà han insistido también en hablar de "microgeneración de renovables participadas". Autoconsumo y parques de menos de 5 MW que son los que gustan en la conselleria, según sus propias declaraciones. Escuchándolos parece que con la placa junto a casa, pequeña y disimulada, lo haremos ir juntos.
 
Los informes públicos de la misma Generalitat establecen que el autoconsumo sólo puede aportar el 30% de la demanda energética catalana Fíjense que sólo con autoconsumo deberíamos decrecer tanto que dejaríamos bajo mínimos la actividad económica que es la gran consumidora del resto del 70% de energía. Y ya se ve que esto no puede ser.
 
También sabemos que las renovables en suelo urbanizado o urbanizable (antropizado) pueden aportar entre el 24,6% y el 33,81% renovables. El resto debe estar en bosques, terrenos o mar. La afectación territorial está cerca de 67.000 hectáreas. Es necesario, en consecuencia, abrir un serio debate sobre esta cuestión que pueda abrir las puertas a un gran acuerdo de país y hacerlo sin esconder cuál es la magnitud del cambio y sus afectaciones.
 
Si la “microgeneración renovable” que dice el presidente es la de los parques de menos de 5 MW que le gustan a la consellera, entonces, deben saber que deberían haber 2.254 parques -como mínimo- exitosos en 2030 y 12.600 en 2050. Durante 2 años, se han presentado 400 proyectos y han encontrado que había "sobreabundancia". Sin embargo, la línea estratégica que ellos mismos han anunciado necesitaría 2.254 parques en 8 años. Y no se hacen de hoy por mañana.
 
También es necesario tener en cuenta que el coste total del cambio será de alrededor de 57.000 M€ o 7.381 € por cada uno de los 7.722.203 catalanes y catalanas. La “microgeneración renovable participada” no puede perder de vista esto. Parece bastante obvio que será necesaria la colaboración pública y privada también.
 
El coste de la factura directa de los fósiles que compra Cataluña anualmente fuera es de 10.000 M€ según el ICAEN, un 4,2% del PIB catalán. Nuestras empresas han perdido competencia a causa de la dependencia energética de Cataluña. Además, ahora tenemos la oportunidad de rentabilizar la mayor inversión europea de la historia y utilizarla como nueva palanca de industrialización, crecimiento y progreso sostenible.
 
Pero se ha hecho todo lo contrario: prisioneros de un discurso de no querer desagradar a nadie, se va en dirección a ninguna parte, o unas veces hacia aquí y otras hacia allí. Algunos de los proyectos presentados no han gustado y se ha hecho un nuevo decreto para detenerlos a todos. Mientras se hace esto se sigue escondiendo que el Gobierno de la Generalitat no está dispuesto a decir dónde y cómo quiere hacer un modelo energético propio de renovables para Cataluña. Se deja al descubierto un nuevo encontronazo entre ERC y Junts y, si hay quien argumenta que es poco serio cambiar las reglas a medias, no sé qué le puede contestar el Gobierno de la Generalitat.